Un viento abrasador sopla sobre nuestros semidioses. Adiós al estadio, adiós al Olimpo, el escenario ha cambiado. Nos rodea la inmensidad de un desierto en las fronteras del espacio y del tiempo. Invictus y Olympéa, unidos contra el mundo, se enfrentan a hostiles tormentas de arena y a enemigos desatados.